Zocodover Apartment

La plaza de Zocodover es desde hace siglos el centro neurálgico de Toledo, en ella se han llevado a cabo autos de fe, ejecuciones públicas, corridas de toros, mercados, y en la actualidad conciertos y variados eventos públicos.

El nombre de Zocodover procede del árabe sūq ad-dawābb o mercado de las bestias. Enrique IV en 1465 concedió la celebración de una feria semanal, con sede en esta plaza, esta feria es conocida por los toledanos como “el martes”. En los años 50 el “martes” abandonó Zocodover, pero se sigue celebrando en el actual Barrio de Santa Teresa.

La plaza ha sido reformada varias veces, aunque su trazado, sus límites y sus accesos han sufrido pocos cambios desde la Edad Media. En la plaza destaca el “Arco de la Sangre”, que da acceso a la calle Cervantes, donde se encuentran ubicados los apartamentos del mismo nombre. En la época musulmana fue parte de la muralla del Alficén y puerta de entrada al mismo.  A esta puerta se la llamaba Bab-al-Yayl (puerta de los caballos) y más tarde Puerta Alfadá o de la Explanada. Su nombre actual se debe a la imagen del Cristo de la Sangre que está oculto en una capilla que se alza sobre el arco de herradura y bajo el reloj, en Semana Santa las puertas de la capilla se abren y el Cristo puede verse desde la plaza.

La imagen del Cristo procede de una vieja cofradía fundada en tiempos de Sancho III, (s. XII), pero la capilla no fue creada hasta el reinado de Enrique IV (s. XV). Esta peculiar ubicación sigue la costumbre árabe de ubicar un oratorio sobre algunas puertas y arcos para asegurar buen viaje a todo aquél que sale de la ciudad y cruza la puerta.

La Cofradía del Cristo de la Sangre, junto con la Cofradía de la Santa Caridad fueron fundadas a finales del siglo XI, desempeñando un importante papel asistencial durante siglos. En esta época la mortalidad era muy alta y había pocos recursos económicos, por lo que muchos fallecidos no podían ser enterrados, estas cofradías se encargaban de buscar los medios para darles sepultura. También prestaban asistencia espiritual a los ajusticiados y se encargaban de su enterramiento.

Para ello, los cadáveres de los fallecidos sin familiares o ahogados en el Tajo eran expuestos en el centro de Zocodover en una especie de templete o jaula ovalada cubierta con una cúpula, llamado “Clavicote” que tenía unos cepillos para recoger las limosnas para su enterramiento. Esto era insalubre y macabro, por ello cuando había algún evento en la plaza, este “Clavicote” era desplazado bajo el Arco de la Sangre.

Hay una leyenda toledana “Allá van leyes do quieren reyes”, que tiene como referencia esta plaza, según la misma, cuando Alfonso VI reconquistó la ciudad ordenó que se dejara de practicar el rito mozárabe, ya que el papa Gregorio VII quería unificar todos los ritos existentes dejando como único rito el romano. El rito mozárabe era el practicado por los cristianos en territorio musulmán y su origen se remonta a los inicios del cristianismo en la península ibérica. El abandono de este rito propio y secular no gustó a los numerosos cristianos toledanos que opusieron resistencia a lo ordenado por el rey.

Ante esta resistencia el rey dispuso la celebración de un “juicio milagroso”. Se formó una hoguera en el centro de la plaza de Zocodover y se arrojaron a las llamas un misal romano y otro mozárabe, al instante el misal mozárabe salió violentamente de la hoguera impulsado por una fuerza sobrenatural, pero el romano, aunque permaneció dentro de la hoguera, tampoco sufrió daños, ambos misales se salvaron. De esta manera, se adoptó una solución intermedia: el rito romano se implantaría, pero el rito mozárabe continuaría presente en seis iglesias de la ciudad.

Actualmente, todos los días se celebra una misa por este rito en la capilla mozárabe de la catedral de Toledo. Este es uno de los mayores tesoros que oculta esta ciudad.