La Catedral de Toledo es una de las tres catedrales góticas del periodo clásico en España, junto con las de Burgos y León.
La primera piedra se puso en el año 1226 por el cardenal Jiménez de Rada, no obstante, su existencia se remonta al siglo VI, en el que se construyó el templo visigodo, reconvertido en Mezquita aljama tras la invasión árabe del siglo VIII, y en la que una vez conquistada la ciudad por el rey Alfonso VI, volverá a instaurarse el culto cristiano en el 1086.
El 15 de octubre de 1088 el papa Urbano II concede, mediante bula papal, el título de ser la catedral PRIMADA de España, primacía sobre el resto de las catedrales. El privilegio se mantiene hoy en día por tradición.
Destacaremos cuatro elementos particulares y poco conocidos de esta catedral:
El primero es que es la única de las tres catedrales góticas clásicas en España que tiene influencia islámica, así en el triforio de la capilla mayor se pueden observar arcos de herradura apuntados, entrecruzados y polilobulados, tomando como modelo la macsura de la mezquita de Córdoba.
El segundo es que solo tiene una torre de las dos que estaban proyectadas originalmente, el plan era ejecutar en la fachada occidental (Plaza del Ayuntamiento) tres grandes portadas y dos torres gemelas, la primera torre se realizó a mediados del siglo XV, pero la segunda nunca se llegó a construir, se cerró con una cúpula obra de Juan Manuel Teothocopulos (hijo de El Greco), en el s. XVII, sobre la base de la torre que estaba planteada.
El tercero y el más importante de todos, es que esta cúpula es la cubrición de la denominada Capilla Mozárabe. Las obras fueron encargadas por el cardenal Cisneros a Enrique Egas, comenzaron en 1501 y finalizaron en 1511. Esta capilla se realizó con un objetivo muy concreto: la recuperación del rito Hispánico. Para conseguir este propósito, Cisneros ordenó la recopilación de todos los oficios mozárabes, la dotación de una capilla con capellanes específicos que conociesen y amasen este rito y, por último, la creación de un lugar en la catedral donde diariamente se pudiera oficiar la santa misa por el rito Hispánico, ahora llamado Mozárabe.
El rito Hispánico es la liturgia utilizada en España desde los primeros tiempos cristianos, enriquecida en la época del reino visigodo, y que tras la invasión musulmana los cristianos que habitaban en territorio islámico siguieron usando. El Papa Gregorio VII unificó todos los ritos existentes, imponiendo el rito Romano en toda la cristiandad, a excepción como ya hemos dicho, de los territorios hispanos ocupados por los árabes.
Tras la conquista de Toledo por Alfonso VI en el siglo XI, se intentó abolir este rito, pero encontró fuerte oposición por parte de los llamados mozárabes, llegándose a una solución de compromiso: en seis parroquias de la ciudad seguiría oficiándose el rito Hispánico y en el resto el rito Romano. El rito Hispánico sólo permaneció en Toledo, pero con el paso de los siglos fue cayendo en el olvido, para evitar su desaparición el cardenal Cisneros inició la importante tarea de su recuperación, y actualmente es uno de los mayores tesoros que esconde la ciudad de Toledo: la pervivencia de un rito milenario y único en el mundo cristiano. Todas las mañanas se celebra una misa por el rito mozárabe en esta capilla.
Y el cuarto elemento, y muy poco conocido es que en esta Catedral está enterrado Alfonso VII, El emperador, fue el primer y único rey español en ser coronado emperador en suelo hispánico, a su muerte, en 1157, su cadáver fue trasladado a Toledo y recibió sepultura en la Catedral, es el primer soberano leonés inhumado allí. Desde entonces Toledo fue conocida como la ciudad imperial.